Caldo de Carvalho (XI) Definitivamente nada quedó de Abril
XI Hace fresco en la estación de Sans, desapacible. Antonio Carpintero sin equipaje, decide no coger un taxi, abrocharse el abrigo y estirar las piernas. En media hora llega a la sede de la agencia Balcells en la Diagonal. Le recibe una secretaria muy joven con flequillo a tazón y gafas amarillas, a la que sigue por un flamante pasillo blanco recorrido durante años por escritores famosos. Toni tenía un trato con Moré que paga la agencia. No sabe muy bien si viene a dar explicaciones o a recibir instrucciones. La mujer compacta sentada en el escritorio saluda, da recuerdos para Juan Madrid, novelista de la casa, y observa a Toni calibrando la posible utilidad de su trabajo. Parece más dispuesta a escuchar que a hablar. —El asesinato de Moré me supone una incomodidad digamos que ética. Cobré por buscar a Carvalho. Se lo dije a él y se lo digo a usted, Carvalho es un personaje literario. Mientras Toni habla Carmen Balcells no levanta la vista. Mira a un punto fijo sobre la mesa, una ...