Manuel Vázquez Montalbán; Gracias por todo.
Manuel Vázquez Montalbán, Manolo para sus amigas y amigos, murió hace veintidós años en un aeropuerto del lejano oriente. No le dieron el Nobel, un premio lleno de hegemonía, blanquitud y anticomunismo, ni el Cervantes, esa unidad de destino entre la hispanidad y la españología. Su premio fue una vida ejemplar, una obra excelente y un público que lo echa de menos. El tiempo pasa, sí. La educación sentimental cambia como las memorias y los deseos. La deuda que tenemos sus lectores con él es impagable. Siempre irónico, poco amigo de las grandes palabras, no estaría cómodo con los elogios. Alguien tenía que decirlo: MVM fue el intelectual más valioso para las clases populares del siglo veinte. Decía MVM que un intelectual es aquel que se dedica a pensar y ponerlo por escrito. Pensó y escribió a una escala descomunal. Trabajo, trabajo, trabajo; ni un día sin escribir y pensar. La gratitud, y una cierta orfandad, es lo que nos queda a los supervivientes. La juventud que lea a Montalbán sin utilizar el presentismo encontrará una enorme compasión y una inmensa capacidad de digestión. Siguen siendo herramientas necesarias. La compasión que la ultraderecha no conoce, como elemento diferenciador, y la capacidad de digestión como herramienta necesaria para tragarnos las píldoras diarias de pensamiento paramilitar obligatorio sin que nos entre una diarrea y nos entierren en botella. Puede que estemos rodeados y no encontremos una salida. La violencia se dispara, la devastación prospera. No conocemos, como no conocían Bouvard y Pecuchet, las identidades que adoptan Carvalho y Biscuter en Milenio, nada útil frente a la barbarie. La inteligencia natural de MVM era un producto de la historia y la vida. Miente la historia, miente la vida. Un verso suyo. Descodificar las mentiras de la vida y la historia es un ejercicio necesario. Él lo hacía. Supongo que ahora mismo alguien lo está haciendo, aplastada o aplastado por la actualidad, el mercado, la geopolítica, la estupidez y las condiciones objetivas. Aquello de subidos a hombros de gigantes facilita algo las cosas. Para gigante, Manuel Vázquez Montalbán. Visca el Barça.
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