Para Boomer Simspson, anclado en el siglo XX y ya con problemas cognitivos, como el que suscribe, acostumbrado a contestar preguntas que nadie le ha hecho, es difícil entender la polémica sobre el Q+ desatada en el congreso del PSOE. Se supone que la cosa va de defender derechos. Excluir a un colectivo, el que sea y por lo que sea, de esos derechos que se piden para los demás, no se entiende. Para quienes no están al día de los pormenores en las diferentes posturas y se asoman a la cuestión como espectadores ignorantes, la discusión acaba en extrañísimos ejemplos de aprovechamiento indebido de baños, beneficios penitenciarios o de problemas en competiciones deportivas. La competencia, la competitividad, ganadores y perdedores. Jerga del mercado o de ese gran mal que es el deporte de competición. El feminismo defiende sus derechos, como toca, y otros colectivos los suyos, como es lógico. Parece ser que hay puntos de confrontación. Las femini...